Cementerio de Salas

La Iglesia se abre a devolver 17 bienes de los 548 que inmatriculó en Asturias entre 1998 y 2015

La Diócesis duda de la titularidad de un cementerio de Grado y otro de Salas y asegura que «hay otros 15 bienes imposibles de localizar»

Publicado en El Comercio, A. VILLACORTA

OVIEDO.

Martes, 25 enero

Cementerios, templos, fincas, capillas, casas rectorales, huertos… La Iglesia inmatriculó en Asturias 548 bienes entre los años 1998 y 2015 gracias a la reforma de la Ley Hipotecaria del Gobierno Aznar. Pero en 42 de ellos hay algunas peculiaridades que, en varios casos, ponen en duda su titularidad.

Así se desprende de un informe elaborado por la Conferencia Episcopal Española (CEE) hecho público ayer, que precisa que, en el caso de 15 de esos bienes, «faltan datos para identificarlos», mientras que otros 17 serían «bienes inmatriculados o adquiridos por otros títulos anteriores al periodo 1998-2015». Otros dos «son bienes que no son propiedad de la Iglesia por estar vendidos, donados, expropiados, por pertenecer a ayuntamientos o por error de inscripción de propiedad», y en ocho más se produjeron «adquisiciones por métodos diferentes a la certificación (compraventa, donación, permuta, herencia, etcétera) entre 1998 y 2015».

En todo el país, gracias a esa ley aprobada durante el primer Ejecutivo de José María Aznar, que permitía a la Iglesia poner a su nombre bienes con tan solo una certificación eclesiástica, las diócesis inmatricularon 34.961 inmuebles y terrenos. De ellos 20.014 eran templos o dependencias complementarias, mientras que 14.947 eran fincas con otros usos (terrenos agrícolas, solares, viviendas, locales y hasta un colegio y un frontón).

El portavoz del Grupo Inmatriculaciones Asturias califica el ofrecimiento de «lavado de cara» y «tomadura de pelo»

Así constaba en el documento que en febrero de 2021 el Congreso hizo llegar a la Conferencia Episcopal. El mismo que ahora la CEE ha revisado para admitir que, en el caso de cerca de un millar de ellos, 964, «pertenecen a un tercero» o «no le consta su titularidad», así que se abre a devolverlos. Un acuerdo sellado ayer al máximo nivel en un encuentro entre el presidente Pedro Sánchez y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que es el responsable de las relaciones religiosas del Estado, con el presidente de los obispos, Juan José Omella. Es decir: la Iglesia podría devolver algo menos del 3% de los casi 35.000 bienes que las diócesis españolas inscribieron entre 1998 y 2015. Un proceso aún incierto, porque el Ejecutivo deberá enviar ahora la relación a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que se encargará de distribuirla a las entidades locales para que identifiquen a sus titulares y proceder así a regularizarlos.

En Asturias, «por el momento, y ante la sugerencia de Conferencia Episcopal de revisar todas y cada una de las inmatriculaciones», de esos 42 con alguna peculiaridad, la Diócesis únicamente admite que puede haber «posibles errores» en dos: «Dos cementerios rurales, en los concejos de Grado y de Salas, que, al haber estado siempre gestionados por la parroquia, en su día fueron inmatriculados». Y, por otro lado, «en el listado de bienes inmatriculados del Gobierno hay quince bienes que han sido imposibles de localizar, por falta de datos o con referencias tan imprecisas que hacen imposible su localización, lo cual no ha permitido a la Diócesis la pertinente comprobación».

En el nuevo listado no se encuentran tampoco edificios tan emblemáticos como la mezquita de Córdoba o la catedral de Sevilla, que la Iglesia inmatriculó en su día, pero en los que no aprecia ningún error. Así que José María Rosell, coordinador del Grupo Inmatriculaciones Asturias, calificó ayer este nuevo paso de «tomadura de pelo» y «lavado de cara». En primer lugar, «porque quieren que nos olvidemos de que, antes de 1998, inmatricularon mucho más que aquí no aparece». Y, en segundo, «porque hay una voluntad manifiesta de ocultación por la que seguimos sin saber de qué bienes han puesto a su nombre. Solo un ejemplo: Santa Cristina de Lena, que inscribieron en 2010 por treinta euros, tampoco aparece».

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